CONCUPISCENCIA
Los misterios del amor son reservados,
el amor es el delirio de los cuerdos,
es el lenguaje de los enamorados,
y el santo sepulcro de los menos afortunados.
En tu mundo de placeres me he visto como un abstemio,
más yo muero por degustar contigo de un son bohemio,
y prosternar mi ego a tu candor de amor etéreo;
más no etéreo, sino empírico, magistral y eterno.
Preciosa fémina de cósmica belleza,
por ti seré científico y conocedor de tu singular naturaleza,
tu tacto onírico de dama hermosa
quiero sentir en el fondo de mi alma escandalosa.
Quiero bailar contigo en la noche de los eones,
y en un vortex fundir nuestras almas y corazones,
y en un beso tuyo apaciguar mil y un razones
para no creer en un dios pero de igual manera clamar 700 oraciones.
Hermosa señorita, creada en la mano de la diosa Afrodita,
con ese místico candor que al amor incita,
eres la tesis fundamental de mi vida,
pero también eres la antítesis de la decadencia mía.
Oh, preciosa doncella de piel de obsidiana,
eres la luna que brilla en lo alto de la noche,
y el rayo de luz que viaja en el ocaso de la mañana,
y terminas mi incandescente sueño con tus besos como broche.
Eres una epifanía en el entramado del universo,
y en tu cabello se desliza la negrura del cosmos,
donde a pedazos brilla el amor en mis tenues versos
que por ti siento, un amor de amores desenfrenados y locos.
Contigo la vida es un eterno amanecer,
y mis ojos no dejan de dilucidar universos a tu lado,
y yo sólo a ti te quiero pertenecer,
linda flor del orbe estacionario.
En un candente suspiro me quiero fundir contigo,
y el deseo descorazonador que me arranca el alma
de poder ser para ti algo más allá que un concepto de amigo,
pues me enamora que tu voz en sueños me llama.
Hermosa Berenice de ciencia y magia negra,
quiero saber si las líneas de tus manos nuestro destino predice.
Intemporal novia de la media noche, por quien mi alma grita a son de guerra:
"ven a mis brazos, preciosa flor de nombre Berenice".
Me transportas a un mundo de vorágine icónico,
eres el sueño perfecto del cual no despierto todavía,
pero niña hermosa, tengo una cuestión para tu orbe onírico;
Hermosa señorita Bere, ¿usted quisiera ser mi novia?
Pues por cada vez que te digo que te quiero, en secreto te digo que te amo.
el amor es el delirio de los cuerdos,
es el lenguaje de los enamorados,
y el santo sepulcro de los menos afortunados.
En tu mundo de placeres me he visto como un abstemio,
más yo muero por degustar contigo de un son bohemio,
y prosternar mi ego a tu candor de amor etéreo;
más no etéreo, sino empírico, magistral y eterno.
Preciosa fémina de cósmica belleza,
por ti seré científico y conocedor de tu singular naturaleza,
tu tacto onírico de dama hermosa
quiero sentir en el fondo de mi alma escandalosa.
Quiero bailar contigo en la noche de los eones,
y en un vortex fundir nuestras almas y corazones,
y en un beso tuyo apaciguar mil y un razones
para no creer en un dios pero de igual manera clamar 700 oraciones.
Hermosa señorita, creada en la mano de la diosa Afrodita,
con ese místico candor que al amor incita,
eres la tesis fundamental de mi vida,
pero también eres la antítesis de la decadencia mía.
Oh, preciosa doncella de piel de obsidiana,
eres la luna que brilla en lo alto de la noche,
y el rayo de luz que viaja en el ocaso de la mañana,
y terminas mi incandescente sueño con tus besos como broche.
Eres una epifanía en el entramado del universo,
y en tu cabello se desliza la negrura del cosmos,
donde a pedazos brilla el amor en mis tenues versos
que por ti siento, un amor de amores desenfrenados y locos.
Contigo la vida es un eterno amanecer,
y mis ojos no dejan de dilucidar universos a tu lado,
y yo sólo a ti te quiero pertenecer,
linda flor del orbe estacionario.
En un candente suspiro me quiero fundir contigo,
y el deseo descorazonador que me arranca el alma
de poder ser para ti algo más allá que un concepto de amigo,
pues me enamora que tu voz en sueños me llama.
Hermosa Berenice de ciencia y magia negra,
quiero saber si las líneas de tus manos nuestro destino predice.
Intemporal novia de la media noche, por quien mi alma grita a son de guerra:
"ven a mis brazos, preciosa flor de nombre Berenice".
Me transportas a un mundo de vorágine icónico,
eres el sueño perfecto del cual no despierto todavía,
pero niña hermosa, tengo una cuestión para tu orbe onírico;
Hermosa señorita Bere, ¿usted quisiera ser mi novia?
Pues por cada vez que te digo que te quiero, en secreto te digo que te amo.

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