JUDITH

Espero a esa niña tierna de mirada profunda,
la calma de la lluvia cae sobre sus labios;
ella es mi único consuelo en esta tierra tan inmunda.
Quiero abrazarla tal y como lo harían un par de novios.

Ella siempre me espera,
con su tierna voz ahoga mis problemas,
la amo tanto y la adoro de esa manera,
tal y como está; ahora leyendo éste poema.

Ella es la gravedad que ata mis pies al suelo,
pero cada vez que escucho su nombre
siento que mis sueños emprenden su vuelo.
Ella siempre provoca que yo me asombre.

Judith, el nombre más hermoso que existe,
si estuviera con ella me robaría todos sus besos,
y le llenaría sus cuadernos con hermosos versos,
sólo porque sé que alguna vez tú me quisiste.


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