Muerte Térmica del Universo

De entrada quiero decir que este no será ningún poema, sino más bien una carta o un monólogo mal estructurado. El motivo y razón de esta tontería, es que creo que esta será la mejor forma de decirte esto.
Realmente me siento roto por dentro, y no es tanto el hecho de tu negativa ante mis propuestas de noviazgo, si no el hecho de que pude haberte hecho mía, en otras palabras, me cala hasta el fondo de mi alma saber que alguna vez sentiste algo por mí, más ahora que te necesito a mi lado, me entero que has extinto tus sentimientos por mí. Me hace admirarme del pasado y quedarme expectante, viendo la miserable realidad de presente que siento que vivo ahora. No te culpo por nada, mucho menos te culparé de mi propia imbecilidad, pero, quizá haya una sola cosa que quizá no debiste hacer: darle vida a un sentimiento que tú sabías que iba a estar destinado a morir.
Lo que trato de decir es, realmente me ilusioné con tus palabras, con tus ideas, y me enamoré lentamente de tu persona. Me sentía feliz de sentir que alguien me quería, más sin embargo, a éste perro no le dieron ni siquiera las migajas.
No lo tomes a mal, no tengo rencor ni mucho menos, pero, tampoco me quiero pudrir por dentro por esta experiencia, y quizá escribiendo esto me sirva de desahogo para no terminar ahogándome en las visiones de mi propia fortuna, porque ¡oh, vaya fortuna!
Más que una mala fortuna, creo que fue una ironía.
Maldita ironía.
Realmente me mata una sensación de amargura y rabia por dentro, porque te quise en mis brazos, más nunca te tendré, que pudimos ser un "nosotros", más me aferré a un sueño de muerte y ahora ya no tengo esperanzas de tener algo contigo, y peor aún, me tragué por completo tus palabras bonitas y tus insinuaciones de entregarme las llaves del paraíso en bandeja de plata. No es tu culpa, no te culpo, solo me doy cuenta de que aquella "maldición" se volvió a efectuar, de que la norma se volvió a cumplir al pie de la letra; de que no eres diferente a todas las mujeres que se han acercado peligrosamente a mi vida: ¿por qué se habrían de quedar conmigo?
No importa, nunca importó, no tiene valor intrínseco, era muy bonito para ser verdad. De alguna forma ya sabía el desenlace de esto, y no me sorprende darme cuenta cada vez más, que si el destino existe, el mío es vivir y morir solo.
Creo que sólo te puedo agradecer que me hayas regalado por última vez la emoción de sentirme enamorado de alguien, y que no me hayas dejado caer tan directamente la soga al cuello, fue lindo de tu parte, gracias, niña linda.
No se si valga la pena esperar que haya algo entre nosotros, la verdad no creo que haya nada, no después de esto, me imagino. Bien dicen que la esperanza es lo que muere al último.
Nimiedades sin importancia, sólo espero que seas feliz con alguien que te haga sentir lo que yo jamás te hice sentir, que te haga sentir enamorada, tal como yo jamás lo logré. 
Cuidate, te amo (¡Ah! ¡Bendita locura!).
Tuyo, Alejandro.

Comentarios

Entradas populares